Diario y Experiencias de un pequeño Huerto Ecológico y los Seres que lo habitan...
primavera 2013
lunes, 7 de octubre de 2013
Huerto Ecológico: 10 Razones por las que Elegir el Método "Parades en Crestall"
Si llevas tiempo pensando en hacer un huerto ecológico y no sabes por donde empezar échale un vistazo a este artículo y verás que es más fácil de lo que piensas.
Las “Parades en Crestall” es el famoso sistema ideado por Gaspar Caballero de Segovia para la organización de huerto ecológico. De origen mallorquín, es un sistema pensado para huertos con clima mediterráneo de tamaño familiar, aunque es extrapolable a otras condiciones sin ningún problema, incluso a fincas de agricultura ecológica de mayor volumen de explotación.
10 razones por las que elegir este sistema frente a cualquier otro que haya conocido:
1. Sencillez, Funcionalidad y Elegancia.
Pocos métodos de horticultura producen unos resultados tan elegantes como las “Parades en crestall”, y todo con una sencillez abrumadora. Es un método sencillo con unas normas bien definidas desde el punto de vista de la organización de los bancales y las distribución de las hortalizas en el huerto. El resultado final es el de un huerto bien distribuido, muy funcional a la hora de trabajarlo y visualmente espectacular .
2. Combinación de Hortalizas, Aromáticas y Ornamentales en un mismo Espacio (Huerto-jardín).
El método divide los bancales del huerto en espacio para hortalizas y zona para aromáticas y ornamentales, creando un auténtico huerto-jardín por la combinación de flores, texturas y aromas. Además de ser agradable a la vista, la presencia de determinadas plantas repelen visitantes no deseados (lucha biológica).
3. No hace falta ser un Experto en Horticultura.
La sencillez del método, que sigue unas pautas bien establecidas, lo hace muy adecuado para personas que no estén familiarizadas con la horticultura y pone la experiencia de la creación de un huerto al alcance de cualquiera (familias, escuelas, etc.)
4. Se puede Implantar en un Espacio Mínimo.
El huerto se organiza siempre en 4 bancales o “parades”. El ancho de cada bancal es siempre fijo de 1,5 m , por un largo que varía entre 6 m ( lo recomendable) o 3 m para huertos familiares de dimensiones reducidas. La organización interna de las hortalizas y la optimización de los marcos de plantación hace que la producción sea, además de variada, nada despreciable. En mi caso, 4 bancales de 1,5x 6,0 m son capaces aprovisionar de hortalizas de temporada a una familia de 4 personas durante todo el año.
5. Tu Factura del Agua lo agradecerá
El riego se realiza mediante cinta exudante a lo largo de la longitud de la parada. Además de reducir el consumo de agua al mínimo, a niveles del riego por goteo clásico, el riego con cinta exudante da una versatibilidad impresionante porque se adapta a cualquier marco de plantación, osea, puedo regar en el mismo bancal tomateras o rábanitos sembrados al voleo. A la hora de trabajar el bancal o reemplazar cultivos, la instalación de la cinta exudante no lleva más de 3 minutos en cada parada facilitando mucho los tareas del huerto.
6. Adiós a las Malas Hierbas
Antes de experimentar con este método dedicaba el 50% del tiempo de huerto a quitar malas hierbas, aún regando por goteo. Después de un año de implantación os aseguro que hace un mes que no quito hierbas, con el ahorro de tiempo y nutrientes que tiramos con las adventícias. Hay 2 claves para este éxito tan rotundo: La primera es la optimización de los marcos de plantación que hace que haya muy poca luz disponible en el bancal para malas hierbas, y la segunda, y muy importante ,es el acolchado (o crestall) de 4 cm de espesor de estiércol maduro o compost de cubre cada parada que, además de evitar la germinación de adventícias, retiene la humedad del suelo y enriquece el suelo con nutrientes.
7. Marcos de Plantación bien definidos
Uno de los mayores problemas de los que adolecen muchos huertos es la utilización de unos marcos de plantación poco adecuados, y a veces improvisados, que crean caos en los bancales y no optimizan las necesidades de las propias plantas ni del espacio del huerto. Los marcos de plantación con este sistema están muy optimizados de tal manera que se maximiza el número de plantas por unidad de espacio disponible. Estos marcos ayudan a organizar las parades de una manera eficiente y elegante ayundando a controlar las malas hierbas y la pérdida de humedad por evaporación.
8. Favorece la Biodiversidad del Huerto
Un espacio natural con una gran diversidad de especies vegetales favorece la biodiversidad y el equilibrio natural. La presencia de “fauna amiga” ayuda en la lucha y control de plagas minimizando la posibilidad de daños en los cultivos y hace innecesaria la utilización de fitosanitarios que tanto nos perjudican a nosotros y al entorno.
9. Tierra sana, Hortalizas sanas
El mimo de la tierra del huerto es otra de las claves de este sistema. En primer lugar la geometría de los bancales permite la tareas de siembra, cultivo y recolección sin pisar la tierra de las parades, lo que permite tener siempre una textura esponjosa, en contraposición de las tierras muy compactadas que dificultan cualquier laboreo en la misma. Esta textura favorece la presencia de lombrices, invertebrados y fauna microbiana que nutren la tierra con su presencia, reteniendo humedad natural en el sustrato. Si a esto le unimos el acolchado superficial de estiércol maduro o compost y la rotación anual de los cultivos estamos consiguiendo que nuestra plantas crezcan en una tierra fértil y viva que redunda en unas plantas sanas y robustas resistentes a plagas y enfermedades.
10. Mínimo esfuerzo, Máximo rendimiento
Un sistema que minimiza la aparición de malas hierbas, permite automatizar completamente el riego con un pequeño programador y trabaja sobre un sustrato esponjoso evitando sobreesfuerzos a la hora de trabajar la tierra hace de la experiencia hortelana un lujo accesible a cualquiera que disponga de unas horas a la semana, incluso en época de máxima actividad como el verano. Destierra los tópicos que hablan de la esclavitud del huerto y descubre una nueva formar de hacer y entender la horticultura mucho más amable y gratificante en todos los sentidos.
Para saber más:
"Parades en Crestall", Gaspar Caballero de Segovia
jueves, 3 de octubre de 2013
Érase una vez un Huerto habitado...
...Érase una vez un Huerto habitado, un rincón entrañable al que todos nos gustaría acudir en algún momento para refugiarnos y deleitarnos en armonia de ese contacto con el sol, las plantas y la vida que rodea a todo espacio natural mágico.
Mi primer contacto con un Huerto habitado fue hace años, en mi infancia, en el Huerto de mi abuelo, donde pasaba tardes de domingo descubriendo sus mil y un recovecos, con su barraca destartalada, el gallinero, el gigantesco olmo del barranco, la riera… Territorio salvaje y siempre inabarcable para mí, a la caza de lagartijas, caracoles y todo bicho viviente que se cruzara conmigo, sin duda este era un lugar con alma. Más mágico si cabe al recordarlo con la distancia ya que este lugar, como tantos otros, sucumbió a la modernidad de la Barcelona Olímpica del 92, y se urbanizó en lo que hoy dia sería el parque de Can Rigal a camino entre Hospitalet y Les Corts.
Huerto urbanos en Barcelona donde antaño se levantaba el huerto de mi abuelo
No muchos años más tarde, y en una zona agrícola residual cercana a can Rigal, realicé mi primer huerto con unos compañeros de aventuras, teníamos 14 años y fueron unos años muy chulos de descubrimiento. Fue mi primera experiencia hortelana, aprendiendo a trabajar la tierra, descubrí las técnicas elementales de cultivo de hortalizas, el contacto con la naturaleza cercana y sobretodo, a entender el huerto como un espacio de creación personal en el que uno puede aprender a modificar el espacio que le rodea para reconfortarse y reconfortar a áquellos que visitan ese lugar. Sin recursos económicos para comprar materiales el ingenio era lo que valía y no se nos caían los anillos recorriendonos el mundo en busca de cualquier elemento que necesitáramos. Con la ayuda de mi padre, mi siempre compañero de vivencias, modernizamos el huerto y lo dotamos de barraca con vigas de acero, balsa de hormigón armado y se convirtió en un “huerto de lujo” comparado con lo cutre de los huertos vecinos. Con el tiempo, aquel espacio se fue convirtiendo en un punto de encuentro de adolescentes sin rumbo y juergas de fin de semana y la magia del lugar se desvaneció tal y como llegó, suponiendo el abandono del huerto y el fin de la experiencia.
Sin embargo, el aprendizaje de aquellos años me permitió iniciar un nuevo proyecto cuando mis padres se mudaron a una nueva casa y pude volver a tener huerto, hecho que me permitió continuar profundizando en la experiencia hortelana tal y como la entiendo hoy en día: como un proceso de continua experimentación y aprendizaje del medio que nos rodea, con el objetivo último de sentir cerca de cada uno de nosotros el pulso real de la naturaleza, del ritmo de las estaciones, del sol, de las nubes y la lluvia que moja la tierra… En definitiva, la experiencia hortelana nos permite vibrar con el mundo natural que nos envuelve y nos habla de cultura y tradición, permitiendonos percibir la esencia de las cosas simples y auténticas que nos conectan con una forma de vida profunda y real que en el “mundo civilizado” se pierde a marchas forzadas. Thoreau no lo pudo expresar mejor:"Fui a los bosques porque quería vivir deliberadamente; enfrentar solo los hechos esenciales de la vida y ver si podía aprender lo que ella tenía que enseñar. Quise vivir profundamente y desechar todo aquello que no fuera vida...para no darme cuenta, en el momento de morir, que no había vivido".
Primer de huerto en casa, sistema de bancales tradicionales.
El Huerto habitado: "parades en crestall".
El Huerto habitado:Pequeños habitantes.
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